miércoles, 16 de octubre de 2013

Camino VII

Los albergues: el distintivo del Camino

Públicos, parroquiales o privados, los albergues de peregrinos son una más de las numerosas señas de identidad del Camino de Santiago.

 
  • Sólo en el Camino Francés hay más de 260, situación que favorece variadas posibilidades para pernoctar y, por ende, una división de etapas casi a la carta. Los albergues parroquiales y de órdenes religiosas fueron los primeros en acoger a peregrinos de forma voluntaria y deben mantener esa filosofía para mantener vivas las raíces de la peregrinación.
  • En los albergues públicos, por norma general, no está permitida la reserva y se ocupan según el orden de llegada, liderando las prioridades quienes hacen el recorrido a pie, seguido de quienes lo transitan a caballo o en bicicleta. Para alojarse en ellos es indispensable portar la credencial y la estancia se limita a una noche, salvo por enfermedad o fuerza mayor.
  • Los albergues privados permiten la reserva y ya es costumbre reservar cama con antelación, sobre todo en verano e incluso antes de partir de casa. Con la revitalización de la ruta jacobea, los albergues privados han surgido como moscas y los hay que más que albergues de peregrinos parecen hostales. De las salas diáfanas repletas de literas de la década de los 90 se ha ido pasando a albergues que, aparte de las literas, ofrecen habitaciones individuales y dobles. Ya no es raro que tengan ropa de cama, lavadora y secadora, cocina y frigorífico, vending, bar, conexión a Internet y hasta máquinas que dan masajes en los pies.
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